Crónica de un Besamanos


Qué lástima que lo que uno espera durante tanto tiempo, pase luego en un instante. Aunque, verdaderamente, otro año más, la espera mereció completamente la pena.

La noche del domingo se alargó hasta las 2.00 horas de la mañana; todo debía estar perfecto: las cortinas, las flores, los enseres y, por supuesto, Ella, la Virgen de la Soledad que iba a bajar a nuestro lado para ofrecernos su mano. Cuando se abrieron las puertas de Santiago a las 9.00 horas de la mañana, los fieles pudieron observar que todo estaba como debía.


Colas y colas de fieles, de devotos, de cofrades, de curiosos, de hermanos soleanos han desfilado por la nave central de Santiago hasta postrarse frente a la Virgen de los Dolores para poder besar su mano, sentir su presencia y admirar su figura tan maravillosamente arreglada.


Y era día de estreno. La Virgen de la Soledad lucía una preciosa saya donada por un cofrade anónimo, a la par que un “fajín” bordado obra del bordador César Gómez-Höhr, que el año pasado restauró una saya de capilla de la Virgen. Además, el arreglo de la imagen volvía a ser uno de los puntos fuertes del culto: la Virgen de la Soledad volvía a lucir el rostrico aunque con un toque distinto.


Con la iglesia abarrotada, don Lucas ofreció una emotiva Eucaristía. La nota más sentida fue cuando el reverendo leyó una carta de nuestro consiliario, don Francisco, ausente de la ciudad en estas fechas, en las que felicitaba a la Hermandad por su trabajo y esfuerzo, aunque nos invitaba a todos los hermanos soleanos a unirnos, a trabajar por el mismo fin, a no dejarnos llevar por individualismos y a dejarnos llenar de la Virgen de la Soledad y de San Juan Evangelista. Esperamos con sinceridad que todos estos deseos se cumplan.


Terminada la Santa Misa, como hermandad eucarística que somos, se celebró una breve Adoración al Santísimo. Concluido todo el culto, varias decenas de fieles volvieron a desfilar delante de la Madre de Dios, deseando todos que pase pronto otro año para poder repetir la entrañable experiencia.


Aunque el besamanos está totalmente desmontado, todavía podéis admirar el arreglo que lució la Virgen, ya que se encuentra en su capilla de Santa Lucía de la misma manera que nos acompañó en el besamanos. No os lo perdáis.

Muchas gracias a todos los fieles, a los fotógrafos, a las demás hermandades, a la Agrupación, a los medios de comunicación, a todas y cada una de las personas que nos acompañaron durante todo el día de ayer. De corazón, muchas gracias.