La Hermandad de la Soledad unificará sus hábitos penitenciales

Tras el Cabildo General Ordinario celebrado ayer sábado 16 de octubre, el Cabildo de Hermanos, órgano soberano en el seno de la Hermandad, decidió apoyar por mayoría la unificación de los equipos penitenciles, tal y como constaba en el punto 4 del Orden del día.

La unificación de hábitos era una de las principales metas que tiene esta Junta de Gobierno y se toma como culminación de un proceso que comenzó a principios de los 90 y que se cristalizó en las actuales Reglas del año 1993, cuando se suprimieron las túnicas blancas del San Juan y las capas y antifaces morados del primer tramo de la procesión.

En el seno de la Hermandad no queremos hermanos de primera y hermanos de segunda, penitentes de la Virgen y penitentes de San Juan; solo queremos hermanos y penitentes de la Hermandad de la Soledad. La infinidad de colores que poseía la Cofradía afortunadamente se ha ido reduciendo en las décadas anteriores y debe seguir su proceso. Además, de esta forma se eliminaría la disparidad tan grande que existe entre el número de nazarenos de los dos tramos principales de la procesión. El pensamiento es el mismo que cuando en el año 1993 se pretendió igualar a los nazarenos, equipando a todos con la capa, no solo a los directivos y diputados de tramo, tal y como se hacía hasta ese momento.

Además, no podemos olvidarnos que nuestra Cofradía posee un solo paso en la calle y es la vuelta de Nuestra Señora de los Dolores acompañada de los discípulos más cercanos de Jesús tras darle sepultura. Todo es uno solo. La Virgen, por su gran desconsuelo, se ha quedado rezagada, no puede seguir el ritmo de los otros; está sola. Pero todo pertenece al mismo conjunto, a la misma escena, al mismo momento. No se entiendo lo uno sin lo otro. Por esta razón, no puede haber diferencias.

Por supuesto, esta unificación no puede suponer la eliminación de una de las dos túnicas que posee la Hermandad para imponer la otra. Es decir, no se puede eliminar el hábito de los penitentes del tramo de la Virgen para dejar el de los penitentes del San Juan, ni a la inversa. ¿Quién iba a ser el que decidiera qué túnica se conservaba y cuál no? Esta decisión conlleva un hábito totalmente nuevo para no caer en susceptibilidades. Ese hábito nuevo todavía no se sabe cómo va a ser, pero lo único que sabemos es que será negro, el color de la Hermandad desde su fundación en 1773.

De hecho, no sabemos ni cómo será su diseño, ni cuándo entrará en vigor, ni cuánto costará, etc. Tan solo se cree en la necesidad de la unificación de hábitos dentro de la Hermandad y, por ello, para empezar a trabajar en este sentido, antes de pedir presupuestos, diseños, hacer informes económicos y demás, la Junta de Gobierno necesitaba el consentimiento y la aprobación del Cabildo, sin el cual no se podría hacer nada. Antes de comenzar a andar se ha pedido y obtenido el permiso del soberano Cabildo de Hermanos.

Ahora, aprobada esta unificación, se comenzará a indagar, a investigar, a pedir presupuestos, etc., y, cuando todo ello esté más o menos claro, se presentarán las propuestas que se ajusten en mayor medida a la historia y a la idiosincrasia de la Hermandad.

Por supuesto, se darán todas las facilidades del mundo para el hermano que quiera adquirir el hábito en propiedad al igual que para el hermano que quiera alquilarlo. Todos estos informes económicos se harán después de haber obtenido ayer esta aprobación. En este sentido, también es importante destacar que el nuevo hábito responderá a una justificación histórica más que probada y no a un mero gusto y moda. Todo esto también se estudiará detenidamente.

Tenemos que tener en cuenta que lo único cierto, histórico y que ha deambulado con la Hermandad de la Soledad desde 1773 hasta 2010 es el color negro. Muchos han sido los atributos y detalles que han caracterizado al hábito soleano en esta larga historia: el escapulario que desde finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX vistieron con orgullo los hermanos soleanos, las túnicas de terciopelo que se hicieron a principios del siglo XX, los bordados en oro después de la Guerra Civil, la capa, los nazarenos con antifaz y capa roja, los nazarenos con antifaz y capa morada, la franja morada por fuera, la franja morada por dentro... Por no hablar de los cirios blancos, de los rojos, del farol y demás accesorios. En cambio, solo una de estas características ha permianecido desde los orígenes: el negro.

No olvidemos que esta Hermandad es muy antigua y muy rica, y que no podemos quedarnos con lo de ahora, con lo que conocemos de nuestro paso por esta bendita Cofradía. Tengamos las miras un poco más abiertas y seamos respetuosos con nuestra historia, pero no con la de ahora, sino con la de siempre. Son 237 años los que llevamos desde la Hermandad rindiendo culto y engrandeciendo el fervor al Santísimo Sacramento y a Nuestra Señora de los Dolores.

Hemos de pensar detenidamente en nuestra estación de penitencia, en la importancia de nuestro testimonio de fe para todas las personas que nos ven en la calle, a las que tenemos que darle una sensación de Hermandad, de unidad, de sobriedad y de recogimiento, acompañando a Nuestra Madre y a sus discípulos tras haber dado sepultura a Jesucristo Nuestro Señor.

Tras la aprobación de la unificación de hábitos por parte del Cabildo en el día de ayer queda mucho trabajo. Habrá que hacer investigaciones históricas, informes económicos, estudios, pedir presupuestos, etc. Cuando todo esto esté listo, se presentará la opción que la Junta de Gobierno estime que se adapta mejor a las características e idiosincrasia de la Hermandad de la Soledad. Más tarde, habrá que reformar este aspecto en las Reglas. Cuando todo este camino se haya andado, podremos salir a la calle con unos nuevos hábitos que para todos los nazarenos soleanos sea el mismo.