Lástima que las cosas buenas e importantes se pasen tan rápido, aunque sus frutos y su estela se quedan con nosotros y nos llenan en su recuerdo para darnos fuerzas anhelando su vuelta.
Eso mismo ha pasado con este maravilloso mes de octubre que finaliza este fin de semana. Durante un mes entero hemos podido disfrutar de la imponente presencia de Nuestra Señora de los Dolores por primera vez en todo lo alto del altar mayor. Pero no solo ese aspecto ha sido importante. Los hermanos soleanos que lo han solicitado (y han sido muchos) han rezado el Santo Rosario todos los días de este mes a las 19.30 horas.
Esta vivencia ha sido muy positiva y muy instructiva. La mayoría de nosotros, porque negarlo, nunca nos habíamos subido al púlpito a rezar el Santo Rosario; y eso llena mucho. Hay que vencer los nervios, las dudas y llenarse de fuerza para rezarlo bien. Sinceramente, ha muchos nos ha ayudado a acercarnos más a la Virgen y a rezar con Ella.
El próximo sábado tras la Santa Misa de las 20.00 horas, la Virgen de la Soledad volverá a su lugar en la capilla de Santa Lucía para que todos nosotros podamos contemplarla y visitarla en este próximo mes de noviembre y pedir por nuestros difuntos para que Ella los tenga en su amparo.
Como no puede ser de otra manera, el negro de luto será el color con el que será vestida y con el que nos acompañará en todo el mes de noviembre, mes de los difuntos.
